domingo, 1 de septiembre de 2013

De purezas y matrimonios incomprensibles

jueves, 4 de julio de 2013



Día de prácticas con el grupo de mujeres emigrantes con el que estamos grabando el documental. hablo con una de ellas en lo que empezamos. es jovencita, musulmana y lleva 11 años en España. en julio irá a hacer el ramadán a Marruecos. le digo que tengo un amigo que lo hace, aunque ni es musulmán ni dios que lo crió. se sorprende. me explica el ayuno, los motivos del mismo, la fiesta que es, y que las mujeres, en ese mes que tienen la regla y cortan el ramadán los días en que sangran, luego los suman al mes oficial porque PARA HACER EL RAMADÁN HAY QUE ESTAR LIMPIA O PURA, alguna de las dos palabras ha dicho. no que querido meterme en berenjenales porque ni era el momento ni la situación. la historia es si esta chica pensará que una mujer cuando tiene la regla no está limpia/pura, lo que me cabrea enormemente y pienso que eso del relativismo cultural es un inventazo del patriarcado, un negocio redondo vamos. ¿en qué momentos los varones están sucios o impuros?
Océano. Información y venta aquí.


A colación con esto, ayer estuve hablando con un chico gitano de 16 años que ha decidido con su novia casarse este verano o el que viene. le dije que no lo hiciese! no lo hagas! eres muy joven! fue irremediable. en mi cultura se hacen así las cosas. le dije que las cosas no hay que hacerlas porque siempre se hayan hecho así, que yo llevo la contraria a todo lo que puedo por el simple hecho de ser imposiciones no razonadas. e incluso cuando lo están, también llevo la contraria. no es mi razón, ni son mis razonamientos. son la razón y los razonamientos de señores con los que no comulgo. se sorprendió: yo no hago eso, me dijo. bueno, el caso es que menuda toallita. leyendo sobre violencias de género, una de ellas es someter a mujeres menores de 18 años a matrimonios... tengo casi 35 años. intento imaginarme casada desde los 16, con una pila de hijas, hijos, que tristeza de vida. por supuesto no le pregunté por lo del pañuelo ni si se podían separar en su cultura porque tampoco quería que me diese un patatús. el chico es un encanto, pero me preguntaba qué lugar tendrá él y qué lugar tendrá su novia-adolescente en el futuro matrimonio. se convertirá en un hombre, con todas las connotaciones terribles, negativas y tremendas que el término lleva dentro, fuera y alrededor. y ella en una mujer, con todo aquello de lo que estoy huyendo... huyendo? huyendo no, con todo aquello que estoy deconstruyendo. bueno, después de esta parrafada, sigo con lo mío.




por cierto: di no a la perforación de los lóbulos a las bebés. de las pocas veces que le doy la razón a mi padre.

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