domingo, 1 de septiembre de 2013

Por fin el blog

miércoles, 3 de julio de 2013


Sólo se puede amar verdaderamente a la madre
si antes se la ha odiado. Porque la odiada es la impostora,
mientras que la amada es la huérfana que hay en ella,
la otra “hija mayor”, tan hija como la hija misma.
Ella hizo de madre como pudo.
Es como si la hija feminista hubiese pagado la fianza
para sacar a su madre de la cárcel.”






Llevo meses huyendo e inventando excusas para no ponerme en serio a construir mi blog. Que si no me sale, que si no sé, que si estas cosas de los ordenadores me dan de todo, que si que si que si... Que si quieres arroz catalina, pues dos tazas. La idea es crear un espacio propio, mío, donde escribir todo lo que lleva tanto tiempo enterrado. Donde poder plasmar las palabras que se agolpan en la comisura de los labios y no se atreven a salir. O que salen en susurros... Miedo. Inseguridad. Tristeza. Demasiados reproches. Poder dar forma al torrente de ideas que viven en mi cabeza. Que habrá que dar salida para quitármelo de encima y pensar en otras cosas, digo.
Otra de las razones para tener un blog es recopilar las recetas que voy cogiendo de aquí y de allá y de más allá y hacerme mi propio libro de recetas. Mis platos. Platos que cocino para mi madre. Porque yo cocino para mi madre. Y por ella. Me di cuenta el otro día, mientras pensaba en ahora no tengo ni idea de en qué pensaba ...Porque la odiada es la impostora... La quiero tantísimo. A mi madre. Vivimos cerca. Le llevo los táperes llenos de comidas ricas. Mi madre odia cocinar. Siempre digo que si se pudiese comer la vaca a lo natural no tendría sartenes. La cuido. La cuido porque la quiero. ...Sólo se puede amar a la madre si antes se la ha odiado... Por eso le dedico todo lo que hago. Este blog, mi trabajo de fin de máster, los libros que escriba... A mi madre, mi hermana.

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