lunes, 2 de septiembre de 2013

Una de violencia simbólica II: Masculino excluyente

Descripción

            Para este comentario he  escogido los titulares escritos en masculino excluyente del periódico gratuito de tirada estatal 20 Minutos, del 16 de octubre de 2012. En la misma portada indica que es, desde 2005, el diario de información general más leído de España.

            Los titulares son:
·         Los madrileños que se marchan, de nuevo más que los que regresan.
·         Veintisiete detenidos por compartir pornografía infantil.
·         Los técnicos del FMI, en España.
·         Los detenidos en los disturbios del Bº del Pilar declararán ante el juez.
·         Los expertos creen que España no necesitará pedir un rescate para pagar su gran deuda de octubre.
·         Wert tacha de “irresponsables” a los padres de alumnos por convocar una huelga.
·         Los policías de la capital protestan ante los recortes.
·         Wert llama “irresponsables” a los padres de los alumnos por convocar la huelga estudiantil.
·         Miles de conductores se saltan la ITV para ahorrar.

Las dudas razonables

            ¿Acaso no se marchan madrileñas? ¿Las madrileñas que se van, regresan? ¿La pornografía infantil es una cosa de hombres? ¿El FMI no contrata técnicas? ¿En el Barrio del Pilar  la policía sólo detuvo a varones? Si la persona ante la que declararán fuese mujer, ¿lo especificaría el titular? ¿No hay expertas? ¿Las madres y padres de las alumnas y las madres de los alumnos no han convocado? ¿Acaso las policías están contentas con los recortes? ¿Sólo los conductores tienen problemas económicos?

  El patriarcado hecho palabra o el masculino excluyente

            ¿Qué es el masculino genérico? ¿Es genérico? En caso afirmativo, ¿genérico de qué? ¿Qué genera? La RAE, institución patriarcal[1], lo tiene claro cuando se pronuncia sobre el tema: “En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.

            El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones”.

            Ya hemos visto que la Real Academia de la Lengua Española ni siquiera menciona el uso de neutros como, por ejemplo el alumnado, para la frase con la que concluye su argumentación. O más bien con la que sentencia. Es la única forma correcta, aunque haya más alumnas que alumnos, punto. Aunque solo haya alumnas. En lo que respecta a la última pregunta planteada, genera invisibilidad y exclusión. Lo que no se dice no existe, lo que no se nombra no existe. De ahí llamarlo masculino excluyente. ¿Incluía a las mujeres la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, hija de aquella revolución que pretendía la libertad, la igualdad y la fraternidad? ¿Por qué sintió entonces Olympia de Gouges la necesidad de escribir la Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana dos años después? ¿En qué momento el masculino pasó a llamarse masculino genérico? ¿En qué momento el masculino pasó a ser neutro, universal y no marcado?

            Teresa Meana (n.d., p.2) afirma, “no sabemos si detrás de la palabra hombre se está pretendiendo englobar a las mujeres. Si es así, éstas quedan invisibilizadas, y si no es así, quedan excluidas”[2]. Otras feministas escribieron, “No se olvide que el pensamiento se modela gracias a la palabra, y que sólo existe lo que tiene nombre” Ma. Ángeles Calero y “En un mundo donde el lenguaje y el nombrar las cosas son poder, el silencio es opresión y violencia”, Adrianne Rich, (Pérez Cervera, 2011, p.7). Luego no es cuestión baladí que la RAE insista tanto en no nombrarnos bajo ningún concepto. Al no nombrarnos, nos impide el derecho a la existencia. Si no existimos, no podemos decidir ni reivindicar…, no podemos hacer nada. Quietas, inmóviles, en casa.

            “Siguiendo el mismo camino, en la epistemología corriente, en la organización dominante del conocimiento, las mujeres hemos quedado fuera. Porque, tradicionalmente, el sujeto del pensamiento, del discurso, de la historia es un ser masculino que se declara universal, que se proclama representante de toda la humanidad. Según el pensamiento de la diferencia sexual, el sujeto del conocimiento no sería un ser neutro universal, sino sexuado; y el conocimiento que ese sujeto pretendidamente universal ha producido a lo largo de la historia, seria conocimiento masculino, conocimiento en el que las mujeres no nos reconocemos. En las sociedades patriarcales, los hombres habrían construido su identidad masculina como única identidad posible, y nos habrían negado a las mujeres una subjetividad propia. De ahí la condena ancestral al silencio” (Rivera, 2003, p.82).

Gea. Información y venta aquí.
            Cada vez que se saca a la palestra el tema del lenguaje sexista, la necesidad de desarrollar un lenguaje inclusivo, se desatan fuertes furias… O es el patriarcado que se rebela contra la igualdad. “Preocúpense por la desigualdad social y déjense de tonterías lingüísticas, el lenguaje no sexista es antinatural, yo, como mujer, no me siento discriminada por el lenguaje, las feministas confunden sexo y género, el masculino es genérico, el lenguaje no sexista es contrario a la economía del lenguaje, tendremos que acabar diciendo “el sapo y la sapa”, el lenguaje no sexista inventa palabras y suena fatal, miembro, juez y fiscal ya tienen género común, los diccionarios simplemente recogen la forma de hablar de la sociedad, el lenguaje no sexista se limita a lo políticamente correcto” (Castro, 2010).

            Vienen a mi cabeza las palabras de la psicoanalista Alejandra Menassa, cuando me dijo: “Hablamos como pensamos. Si quieres cambiar tu forma de hablar primero tendrás que cambiar tu forma de pensar”. El patriarcado no puede permitir el cambio a un lenguaje donde las mujeres seamos, ya que significaría que existimos.

            ¿Por qué considero violencia simbólica el uso del masculino excluyente? Recurro de nuevo a la definición de Bourdieu: «La violencia simbólica es esa violencia que arranca sumisiones que ni siquiera se perciben como tales apoyándose en unas «expectativas colectivas», en unas creencias socialmente inculcadas» (Bourdieu, 1999, p. 173, citado por Fernández, 2005, p. 7). Las sumisiones son, por ejemplo: yo, como mujer, no me siento discriminada por el lenguaje, mencionado antes; las creencias socialmente inculcadas: es antinatural, innecesario, ya existe el genérico, para qué andar volviendo las cosas del revés, siempre ha sido así…

            Utilizo siempre el femenino persona, ya que tanto mujeres como varones lo somos. Somos personas, unas con vagina, otras con pene, otras con ambos, pero personas todas. Lenguaje inclusivo. Nombrando, para que exista.





[1] De las 46 académicas de número que se recogen en sus estatutos, en la actualidad sólo hay 6 mujeres: Ana María Matute, 1998; Carmen Iglesias, 2002; Margarita Salas Falgueras, 2003; Soledad Puértolas, 2010; Inés Fernández-Ordoñez, 2011; Carme Riera, 2012. En 1784, María Isidra de Guzmán y de la Cerda fue admitida como académica honoraria. No volvió a haber otra fémina hasta la elección como académica de número de Carmen Conde en 1978 (Wikipedia, n.d.).
[2]  En su Por un uso no sexista de la lengua (n.d., p.1), comienza citando: “La antigua idea de que las palabras tienen poderes mágicos es falsa; pero esa falsedad implica la distorsión de una verdad muy importante. Las palabras tienen un efecto mágico...aunque no en el sentido en que suponían los magos, ni sobre los objetos que éstos trataban de hechizar. Las palabras son mágicas por la forma en que influyen en la mente de quienes las usan.” (Aldous Huxley)
“Las palabras se engarzan como cerezas en nuestra mente y prefiguran muchas de nuestras ideas. En el fondo, y como decía Heidegger, no somos nosotros quienes hablamos a través del lenguaje sino el lenguaje el que habla a través de nosotros.” (A. García Messeguer)
“-Señora maestra, ¿Cómo se forma el femenino? -Partiendo del masculino: la “-o” final se sustituye por la “-a”. -Señora maestra, ¿y el masculino cómo se forma? -El masculino no se forma, existe.” (Anécdota escolar)
“-Cuando yo uso una palabra –insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso- quiere decir lo que quiero que diga...,ni más ni menos. -La cuestión es –insistió Alicia- si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes. -La cuestión –zanjó Humpty Dumpty- es saber quién es el que manda. Eso es todo.”(“Alicia a través del espejo”, Lewis Carrol, s. XVIII)

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