domingo, 12 de enero de 2014

Touché


Algunas personas, de puro cutre, llegan a sorprenderse avergonzándose de ellas mismas...  (de, a, con, por...) Arrieritas somos, y por el camino nos vamos encontrando.

El otro día la vida me dio una buena lección. Pensaba que, en esos intercambios anuales, si se da una situación de desigualdad obscena (obscena de oh my goodness tierra trágame a ver cómo salgo de esta), salía perdiendo precisamente quien más ponía. Pero no.

El otro día descubrí que nos sobra clase y dignidad, saber estar y alegría. Que se tapan bocas no sólo mediante frases ingeniosas. No me hagas hablar que hablo. Que tampoco hace falta esperar... Estamos por encima de todo eso. Junto a Hera. El mismo brillo de ojos. La misma cadencia. El mismo saber hacer. La sonrisa ancha con hoyuelos que me caracteriza. Desafiantes, como espadas...

No se sale, bonita. Ser cutre viene en los genes... De la misma manera que el brillo de mis ojos. Y brillan como soles.

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